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Del Peru

Arquitectura de la selva peruana

La Amazonía es una de las zonas mas biodiversas del territorio peruano, pero también es de las mas alejadas y con difícil acceso. Es por ello que las comunidades que habitan esa región, se han obligado a desarrollar todo tipo de técnicas tradicionales, que permitan mejorar sus condiciones de vida.

Una muestra fehaciente del ingenio de las comunidades amazónicas se puede apreciar en la arquitectura, donde claramente se puede evidenciar que la arquitectura de la selva peruana es de tipo  tradicional o vernácula; caracterizada por ser  espontánea, auto construible y sin la intervención de arquitectos o ingenieros. Transmitida de generación en generación y construida con recursos propios de la zona, lo que las hace únicas y representativas dentro de la cultura amazónica.

Malocas: edificación popular de la arquitectura vernácula.

Las malocas son una de las construcciones que destacan dentro de la arquitectura vernácula, sobre todo en la selva peruana, donde se observan a lo largo y ancho del territorio. Se adaptan perfectamente a las condiciones de este lugar, donde hay presencia de fuertes vientos, altas temperaturas y lluvias casi que torrenciales. Al ser tan grandes y altas permiten que en su interior sean frescas, cómodas, muy ventiladas y no se inunden con gran facilidad en temporada de lluvias fuertes.

Arquitectura de la selva peruana

Se caracterizan por ser construcciones grandes hechas con troncos de árboles (shungo), y hojas secas de palma (yarina, shabon, shopaja, hirapae). Las malocas tienen forma cónica u ovalada aunque en ocasiones se les puede ver cuadrada. Presenta una estructura con 4 columnas empotradas de madera muy resistentes, techo con una pendiente cubierto con un tejido de hojas de palma que van hasta el suelo; muros o paredes de troncos,  culatas (aberturas) en la parte superior que permiten la entrada y salida de aire, así como entradas o puertas por lo general bajas, localizadas en varias áreas de la vivienda.

No se construyen a ras de suelo y se sitúan aisladas una de otras. La estructura y diseño de las malocas varían dependiendo del grupo étnico, haciéndola lucir un poco diferente. Tal es el caso de los huitoto, sus malocas tienen un diámetro de 16 m y  una base cuadrilátera, mientras que los boras y ocainas construyen  malocas con forma octogonal. También existió la cocamera, otro tipo de edificación vernácula, hogar de antiguos grupos étnicos que habitaban la selva; consistían en casas grandes de forma ovalada con techo de palma que podría llegar hasta el suelo.

En estas edificaciones no solo viven las comunidades, también se hacen reuniones comunales, ceremonias religiosas, bailes y comidas, aunque hoy en día muchas de ellas se elaboran para uso de actividades turísticas, centros de exposición y venta de artesanías.

Son consideradas construcciones sustentables, debido a que son hechas con recursos naturales, provenientes de la misma region, como lo son los troncos, palmas y otras fibras que se emplean para hacer estas edificaciones. La duración de estos materiales se estima que ronda un promedio de 30 años o mas, para la estructura, mientras que la del techo es mucho menor, con una duración de tan solo 8 años.

Palafitos y otras edificaciones flotantes

Las malocas se localizan especialmente en la selva alta, como respuesta ante las necesidades de la comunidad, para refugiarse de las condiciones climáticas y proteger los productos obtenidos tras la caza y la pesca.  Por su parte en la zona de la selva baja donde abundan los ríos, se caracteriza la arquitectura vernácula con construcciones como los palafitos, estructuras flotantes y casas sobre pilotes.  Todas estas con características muy similares, donde destaca principalmente la altura de las viviendas, que deben ser elevadas para permitir el ingreso de canoas  y evitar el ingreso de las aguas del rio al interior.

Arquitectura de la selva peruana

Estas cualidades presentes en este tipo de viviendas de la selva peruana, hacen que este tipo de arquitectura no genere un costo ecológico alto o en el peor de los casos un impacto ambiental gigantesco, ya que la misma comunidad se encarga de reforestar para poder seguir reemplazado los materiales de edificaciones deterioradas.

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